jueves, 22 de mayo de 2008

¿Quién dijo que el animé no es cine?

Acaba de llegar a nuestro país la versión en DVD 'Rebuild of Evangelion: 1.0 You are (not) alone' -la verdad que esto suena como si hubiese llegado a las principales tiendas de videos del Perú, pero en realidad se ha 'colado' en los tugurios donde el animé es himno nacional-. Para algunos la cinta sonará a nada, pero lo cierto que es una reconstrucción de la serie más endiosada -y a veces odiada, pero con respeto- de toda la historia de la animación japonesa: Evangelion. Esta serie revolucionó a Japón en 1995. En el 97, en el Perú, los fanáticos del animé recién salían del closet y se supo de Evangelion un año después, y eso que se trataba de solo reseñas de la serie en revistas especializadas. Eso sí, algunos fanáticos por aquellos años tuvieron el privilegio de ver Evangelion en cine y no en TV. Yo fui uno de ellos.
El argumento básico para ubicarlo en los segmentos del animé es el siguiente: Género 'Mecha', un niño pilotea un robot para salvar el mundo. La trama para causar polémica fue la siguiente: Ángeles enviados por Dios 'atacan' la tierra. (Ese atacan, en la serie es una especie de versión oficial de los hechos, pero al final, como siempre, se descubre que el hombre es el lobo del hombre). Los ángeles que vienen a la tierra son amorfos. El primero se parece a los Cubiles de Popeye, otro es un cubo, hay un anillo, una mancha, son los dibujos de un niño de primaria. Los ángeles parecen una joda. Para vencerlos hay que darles en un 'núcleo', una especie de corazón. Los humanos -la ONU está metido en esto- usan los restos del primer ángel venido a la tierra para combatir la llegada de los demás, arribo conocido gracias a los manuscritos del Mar Muerto. Entonces los robots que usamos para pelear contra los ángeles son en realidad mitad ángel, pero ponerle el lado jocoso y burlarse de las baterías o las cargas de celulares, estos solo funcionan con un cable a manera de manguera de grifo. Porque la serie es una joda. Esta hecha, al inicio para reír. Para entretener pero entonces el televidente se percata de algo: Este animé tiene un lenguaje cinematográfico propio. Y eso, señores, pocas películas, es decir, pocos directores, lo consiguen.

Apocalipsis, how?
El animé parece tener un plano muy característico: Cuando aparece un personaje nuevo, lo muestra desde los pies hasta la cabeza. La verdad que ese movimiento no es propio del animé y me arriesgaría de decir que viene del Spaghetti Western, donde cuando aparecía el temible Franco Nero en cualesquiera de sus papeles de vaquero homérico, la cámara iba desde sus botas puntiagudas hasta su cara sin afeitar y con sombrero. Los héroes del animé son de esa índole. Son vaqueros, son lobos solitarios, son los que llegan y rescatan.
Los japoneses hacen un buen cine porque son recíprocos. Osamu Tezuka, el padre del manga (historieta), tomó elementos cinematográficos para hacer cómic. Luego el animé tomó elementos del manga para mejorar. El animé es tan respetuoso con sus dibujantes que cuando adaptan una historieta, no es en sí una adaptación, es la versión fiel del manga. Entonces los planos obtienen otra dimesión. Oliver, de Supercampeones, recorre un cancha eterna de fútbol mientras rememora, arma la jugada, y cuando va a hacer una chalaca el tiempo se detiene con él. Cuando alguien es derrotado por una espada, su caída demora minutos. Los hacedores de la trilogía de Matrix lo entendieron y aplicaron esas técnicas. Pero ese lenguaje no es del que hablo. El lenguaje de Evangelion es otro. Y con este se cerró un cíclo y empezó otro.


El verdadero argumento de Eva no es la violencia ni Dios ni los robots. Su director Hideaki Anno dijo cuando terminó la serie y las películas que Eva hablaba de una sola cosa: El corazón de las personas. Los personajes de Eva tienen perfiles sicológicos bien cincelados. La soledad los mata. El personaje principal no se lleva bien con su padre, es tímido y se cierra cuando ve que las personas le van a hacer daño. Una amiga adulta lo quiere sacar de su estado antisocial, pero la llegada de su ex novio le hace ver que aborrece a los hombres, que todos son el reflejo de su padre, y entonces también cierra su corazón. Cada vez que hay algo donde los personajes se abren con los demás es un peligro. Los ángeles parecen una metáfora de este sentimiento. Si llegas a su núcleo ya están derrotados, cuando los personajes pierden su intimidad también se sienten vencidos. Incluso uno de los ángeles ataca sicológicamente a una de las protagonistas, invade sus recuerdos y ella le grita desesperada: No veas en mi corazón. Para toda esta soledad del alma se creó un lenguaje y eso es aplaudible.

La acción en Evangelion es poca pero excitante, te quitan el respiro. Pero la mayor parte de serie hay planos solo para los personajes. Los segundos en Evangelion se pueden pasar viendo a un personaje aburrido mirando a la ventana. Los personajes de Evangelion piensan mucho. La tina, la cama, una ventana, un parque, el autobús -disculpen la idiosincrasia, quise decir tren-, son los lugares donde los personajes -como una verdadera persona- se enfrenta a su soledad. Escuchar música en audífonos los abstrae. Hay planos radicales donde los personajes hablan pero se hacen paneos lentos de paredes, caños, retretes. Cuando una pareja hace el amor lo único que se ve es un cigarro consumiéndose poco a poco en un cenicero. En la película el personaje principal se masturba con el cuerpo desnudo de su compañera y no se ve. Durante el acto la 'cámara' recorre el cuarto donde ocurren los hechos, se detiene en la puerta cerrada mientras se escuchan pequeños ruidos de placer del onanista.
Hay planos rápidos. Duran dos segundos: la reacción frente a una explosión, la toma de una cerveza, la absorción cómica de unos fideos. Entiendan: las acciones que deberían durar más duran poco y el parpadeo, el cambio de luz de un semáforo, el andar de las escaleras eléctricas son mostradas con el único fin de que el televidente sí entre a los corazones de los personajes. Y eso señores se llama lenguaje propio. Y por eso, animés de la clase de Evangelion son cine.
C.R

miércoles, 21 de mayo de 2008

Nuevas Luces

Aún no tengo un adjetivo para calificar la última película que vi hace una semana, pero por el momento podría decir que “LUZ SILENCIOSA” (STELLET LICHT) del director mexicano Carlos Reygadas es una película inusual, sobretodo para lo que ha mostrado el cine mexicano desde hace un buen tiempo, a excepciones claro está de Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro y el joven Fernando Eimbcke.
Pero para los que no sabíamos… ¿quién es Reygadas? Pues, Carlos Reygadas es un director de cine con 3 películas hasta el momento: Japón (2002), Batalla en el cielo (2005) y la más reciente Stellet Licht (2007). Esta última ha participado recientemente en el festival de Cannes 2007 y ganó el Premio del Jurado. Acá en el Festival EL CINE de Lima participó el año pasado ganando 3 trofeos: Premio del Jurado a Mejor Película de Ficción, Premio de la Crítica Internacional a Mejor Película, y el Premio del Jurado a Mejor Fotografía.
Y ¿a que se debe tanto premio? No tengo interés de alabar esta pela, pero sí debo reconocer que es mucho mejor que los filmes que México ha dado. Reygadas demuestra ser osado en hacer una propuesta novedosa como Luz Silenciosa.
¿Pero, que hay en Luz Silenciosa? Se trata de una comunidad alemana-holandesa que vive en el Norte de México, es una familia muy arraigada a sus creencias religiosas, y el padre de familia se ve envuelto en un dilema entre su mujer o su amante (ambas sabiendo la existencia de “la otra”), a esto hay que añadirle la creencia del maligno, el pecado, el remordimiento que siente él y el papel de la mujer siempre dependiente y con mucho afecto a su marido. Sin embargo aunque el tema parece algo sencillo, la realización y el lenguaje simbólico es lo interesante en esta pela. Planos largos, silencio, la ausencia de música de fondo son algunas de las características que encontramos en esta película. Por momentos sus planos solo nos quieren relatar lo cotidiano en la vida de esa familia, sin un añadido de tensión. Pero en algún momento logra llegar, ¿los elementos? una carretera, lluvia y una muerte y de pronto SILENCIO, todo termina... inconcluso... la gente en la sala comenta, hasta que la antagonista da una LUZ inesperada, en esa oscuridad tanto así como Reygadas lo hace con el cine mexicano actual.
La fotografía me parece estupenda, el magnífico final resume bien la película, claro en su sentido más conceptual. Vale la pena ver Luz Silenciosa de Reygadas, que nos aproxima a una nueva mirada del cine mexicano.